Azkoitia homenajeó ayer de forma generosa a su hijo predilecto, Atano III, fallecido el viernes a los 96 años de edad. La desaparición del pelotari, una persona a caballo entre la leyenda y el visionario que revolucionó el juego de la pelota cuando éste se encontraba encorsetado por rígidas costumbres, ha enlutado el mundillo pelotazale. Conocido como Txapelaundi, sus próximos le recuerdan como un virtuoso en el frontón y un hombre afable en el día a día.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 14 de enero de 2001