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Crítica:FÚTBOL | FÚTBOL | 18ª jornada de Liga | 18ª jornada de Liga

El Zaragoza de Luis Costa es un equipo que navega en aguas tranquilas

Partido de rivalidad vecinal. Dos ciudades separadas por sólo 175 kilómetros. Dos clubes con jugadores de ida y vuelta. La Romareda se inauguró hace 43 años con un Zaragoza-Osasuna. Y a la fiesta también acudieron, en esta ocasión, los goles en un partido descontrolado en el que hicieron agua las líneas en el centro del campo.

Luis Costa tuvo que improvisar una defensa con un nombre propio, César, un central de 24 años formado en la cantera madridista, que juega en el Zaragoza B. Y César marcó el primero gol del partido con un gran cabezazo y fue uno de los mejores de una retaguardia nerviosa.

Esnáider jugó un magnífico partido. Dio una clase magistral de control del balón, de toques de balón de calidad para los compañeros y también acudió a la cita del gol, su segundo gol en la Liga, al marcar un penalti en un momento crucial del partido. Cuando el miedo empezaba a atenazar a los jugadores zaragocistas, que habían pasado de un 3-0 a un 3-2 inquietante, surgió el gran Esnáider. Y, junto a él, Juanele que lee bien las jugadas de ataque zaragocista y José Ignacio, que está en un gran momento de forma y que está marcado goles, alguno tan hermoso como el de ayer salvando con un toque de calidad la salida de Nuno.

Funcionó José Ignacio pero no lo hizo Acuña. Y Osasuna, tras unos minutos iniciales muy defensivos en los que encajó tres goles, se echó para arriba con el empuje de Alfredo y Alex Fernández. Y en un abrir y cerrar de ojos marcó dos goles que llevaron la intranquilidad al graderío. Pero, aún así, al equipo rojillo le falta remate y consistencia defensiva. Los defensas osasunistas estuvieron imprecisos y naufragaron en los balones altos. De las nuevas caras, Llorens estuvo luchador y Gancedo, un centrocampista procedente de River que debutó en La Romareda, entró poco en juego. Los dos han sido los fichajes de invierno para sacar al equipo pamplonica del pozo de la clasificación, para conseguir que el ascensor se detenga al final de la temporada en la Primera División.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de enero de 2001