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Italia reforma la Universidad para intentar hacerla más competitiva

Se reduce el número de disciplinas y las empresas financiarán cátedras

Con la firma del último decreto, en diciembre pasado, la reforma en cuestión está servida, sólo queda esperar que su aplicación dé los resultados apetecidos, algo que no pocos dudan en un país dominado también por corporativismos y recelos atávicos.

La Universidad italiana se adecua a las instituciones docentes europeas. Los cambios introducidos por Zecchino representan una especie de aggiornamento con otros sistemas europeos y, sobre todo, con las exigencias de la sociedad actual, que reclama títulos precisos y no demasiado largos.

Plena autonomía

La reforma comienza otorgando a las universidades italianas plena autonomía de funcionamiento, lo que significa, en primer lugar, que podrán poner fin (a menos que una sentencia judicial pendiente lo rechace) a la libertad de acceso.

A los alumnos que quieran cursar estudios en una determinada institución podrá exigírseles exámenes extras cuando sus currículos no sean los más idóneos para la carrera seleccionada. Pero el aspecto seguramente más llamativo de la nueva Universidad italiana es la división de las tradicionales carreras de cinco años en dos niveles distintos.

A partir de ahora los estudios universitarios quedarán divididos en dos ciclos, uno de tres años, que dará derecho a un diploma universitario, y otro posterior de dos años, que otorgará la licenciatura propiamente dicha, convertida en una especialización.

Lo más novedoso es que el acceso al segundo ciclo no será universal, sólo los alumnos con las mejores calificaciones podrán aspirar a obtener cualquiera de las 104 nuevas licenciaturas establecidas por el Ministerio de Universidades.

Esta división en dos ciclos ha provocado no poca polémica. Muchos profesores y estudiantes temen que el primer ciclo quede devaluado y pase a ser considerado como 'inferior' a un título universitario verdadero.

Para investigadores

El ministro Zecchino, en declaraciones al semanario L'Espresso, negaba con vehemencia este extremo. 'La licenciatura pasa a tener tres años. La licenciatura especializada debe reservarse sólo para quienes tengan la preparación necesaria: por ejemplo, para quienes quieran dedicarse a la investigación', añade.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de enero de 2001