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CARTAS AL DIRECTOR

Reforma educativa

Tras la reforma de las humanidades, aprobada el pasado 29 de diciembre, la ministra de Educación anunciaba nuevas modificaciones más 'de fondo' en la LOGSE para los próximos meses. La norma tiene, en mi opinión, luces y sombras. Las horas necesarias para reforzar las mal denominadas instrumentales (lengua y matemáticas) se han conseguido a base de reducir el horario de música y dibujo en la ESO. Esta medida es criticable. El objetivo de estas disciplinas no es hacer de los alumnos futuros músicos y pintores, sino aportar unos conocimientos básicos necesarios para el goce estético, e imprescindibles para la formación de ciudadanos ilustrados.

Una solución alternativa era ampliar el horario lectivo en 1º y 2º de ESO de 28 a 30 horas semanales, como se ha propuesto desde algunas comunidades como Andalucía. Tampoco este remedio me convence, porque carga aún más las ya largas jornadas escolares. Veo más conveniente reducir la presencia de la religión en el currículo de la ESO, en el que ahora goza de seis horas semanales entre los cuatro cursos, cuando, por ejemplo, la asignatura Vida Moral y Reflexión Ética sólo dispone de dos horas semanales. Esas seis horas dedicadas a doctrina religiosa debían reconducirse a una nueva disciplina de Historia de las Religiones, que fuera obligatoria y se impartiera en el 2º ciclo de ESO con dos horas semanales. Esto es lo que se ha hecho en países de nuestro entorno, como Gran Bretaña.

Cuando desde la mayoría absoluta se habla de realizar reformas profundas en una ley educativa que fue aprobada por consenso (PSOE, IU y nacionalistas), me temo lo peor. Quienes defendemos un Estado laico como único espacio posible para la convivencia respetuosa en sociedades cada vez más complejas y diversas, aguardamos que en esas futuras reformas se tengan en cuenta nuestras opiniones y dejen de lesionarse derechos elementales.-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 15 de enero de 2001