Soy profesora en la Universidad de Keele. Me dirijo a usted para informarle de la reciente muerte de uno de los contados luchadores británicos integrantes de las Brigadas Internacionales en la guerra civil española, Dave Goodman. Tuvimos el honor de invitarlo el mes pasado a dar una charla a los profesores y alumnos de esta universidad, en la que cautivó a la audiencia con su conocimiento y su calor humano. A sus 85 años, contaba con una cordura envidiable.
Se me ha pedido que me dirija a su periódico para que su muerte no pase inadvertida y, de alguna manera, se le rinda homenaje por dedicar su vida a servir a la humanidad no sólo luchando en contra del fascismo, sino también, consecuentemente, en distintas causas humanitarias.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de enero de 2001