El Senado belga aprobó el pasado fin de semana un artículo clave del proyecto de ley de despenalización de la eutanasia, el que especifica las condiciones en las que los médicos no cometerán infracción al ayudar a morir. El texto legal, tras pasar por esa Cámara parlamentaria, indica que la solicitud de eutanasia deberá ser formulada de forma voluntaria, reflexionada con madurez, de forma persistente y -ahí reside la novedad- sin presiones exteriores. La aprobación se produce tras año y medio de debates.
La petición del paciente deberá presentarse por escrito, aunque se podrá contar con un testigo capaz de entender y traducir la voluntad del enfermo cuando lo primero no sea posible. Otra novedad del texto es que la petición podrá ser retirada en cualquier momento. El médico deberá informar al paciente de los cuidados intensivos existentes.
Según los últimos sondeos, un 38% de los médicos belgas, en su mayoría de medicina general, admiten haber practicado la eutanasia a petición de algún paciente o familiar de enfermo terminal. Un 89% de los facultativos admite también haber abandonado o evitado comenzar un tratamiento con el fin de no prolongar de forma inútil la vida de un paciente.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 16 de enero de 2001