Alexandr Lukashenko, presidente de Bielorrusia, de 46 años, todavía tiene que trabajar mucho para ser un buen jugador de jockey sobre hielo, un deporte que apasiona en su país y en Rusia. Le falta velocidad, sus pases recuerdan a los del fútbol y no sabe frenar antes de chocar con el borde de la pista. Sin embargo, en el partido entre veteranos y aficionados de los dos Estados eslavos que se celebró el lunes en el estadio moscovita de Luzhniki, no se perdió en el campo, y supo compensar sus carencias con una intuición que le hizo estar con frecuencia en el lugar adecuado en el momento oportuno. Pese a ello, sus repetidos intentos de perforar la portería contraria se vieron frustrados por la habilidad del portero ruso, hasta el punto de que los espectadores empezaron a gritar a éste que mirase para otro lado, al menos por una vez. Y ya fuese por compasión o por no lesionar las buenas relaciones entre Rusia y Bielorrusia, lo cierto es que Lukashenko acabó marcando, aunque eso no impidió una derrota de su equipo por 8 a 5. El choque se celebró con motivo del Día de la Cultura Bielorrusa en Moscú, y Lukashenko saltó al campo con un uniforme con el número 99 a la espalda, el mismo del que quizás sea el jugador de jockey más famoso del mundo, Wayne Gretzy.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 17 de enero de 2001