Un médico de Sevilla y un representante de productos farmacéuticos aceptaron ayer una condena de dos años de prisión por estafar 4,5 millones de pesetas falsificando recetas, con las que retiraron medicamentos que luego el comercial utilizó en su trabajo. El juicio, previsto en la sección cuarta de la Audiencia de Sevilla, no llegó a celebrarse porque los dos acusados aceptaron los hechos y la devolución de las cantidades estafadas al Servicio Andaluz de Salud (SAS).
La estafa, según la acusación, tuvo lugar entre junio de 1996 y enero de 1997, cuando el médico J.L.A.V., de 69 años y destinado en un ambulatorio de Sevilla, confeccionó recetas utilizando nombres de beneficiarios adscritos a su cupo, en su mayor parte pensionistas, y que eran 'totalmente ajenos' a la estafa e incluso algunos habían fallecido.
Estas recetas se correspondían con medicamentos fabricados por los dos laboratorios de los que era representante en Sevilla el segundo procesado, A.G.J., de 60 años, quien los destinaba a entregárselos a los facultativos que visitaba.
De esta manera, según el fiscal, a la vez que hacía propaganda de los laboratorios para los que trabajaba, conseguía un beneficio por comisiones, dado el gran número de ventas que conseguía, y hacía partícipe de este beneficio al otro acusado.
Por este método, según la acusación, los dos procesados estafaron 4,5 millones de pesetas al Servicio Andaluz de Salud (SAS), que pagó los medicamentos a través del concierto existente con la Organización Colegial Farmacéutica.
Según la acusación, la mayor parte de las recetas falsificadas se correspondían con pensionistas adscritos al cupo del médico y eran retiradas de las farmacias por el representante comercial.
Para el juicio habían sido citados como testigos una treintena de beneficiarios de la Seguridad Social cuyos nombres fueron utilizados para expedir las recetas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de enero de 2001