Tiembla la tierra. Nueva tragedia en El Salvador. Una vez más, imágenes de dolor y desolación, y una vez más, la Naturaleza sembrando de muerte una siempre afligida región centroamericana que continúa desangrándose. Porque, hay que decirlo alto y claro, los desastres naturales en esta zona del mundo encuentran su abono en un ordenamiento político y social basado en la exclusión de las mayorías sociales y en el permanente enriquecimiento de unas pocas familias que siguen repartiéndose sus riquezas naturales.
El Salvador es uno de los países del continente americano con menos tasa de crecimiento anual, con menor esperanza de vida, con mayores índices de analfabetismo y peores indicadores de servicios sociales, agua potable o vivienda. Y con una deuda externa que no para de crecer, superando ampliamente el monto de ayudas económicas llegadas al país tras la catástrofe ocasionada por el huracán Mitch.
La estrategia de reconstrucción y desarrollo de El Salvador y de toda la región centroamericana debe partir, para evitar que la historia se repita, de una visión estratégica donde los objetivos básicos pasen por la eliminación de la pobreza y las injusticias sociales, en un marco de manejo sostenible de los recursos naturales y de elevada participación de los ciudadanos y ciudadanas en las decisiones que afectan a sus vidas. Ese es nuestro empeño, en el que también esperamos contar contigo. Es una cuestión, simplemente, de solidaridad.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 18 de enero de 2001