El medio centenar de ecuatorianos que se encuentra en la iglesia de la Inmaculada del barrio valenciano de la Malva-rosa, para protestar contra la reforma de la ley de extranjería, pasó ayer su segunda noche de encierro. A la ayuda de entidades como la Cruz Roja, que aporta mantas y alimentos, o el Movimiento por la Paz, la Libertad y el Desarme, se unen los apoyos que están recibiendo de entidades y políticos. La portavoz socialista del Ayuntamiento, Ana Noguera se desplazó a la iglesia junto al concejal Pablo Gil para interesarse por el estado de los inmigrantes, que concluirán el encierro el domingo para concentrarse en la Plaza de la Virgen.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 20 de enero de 2001