El 4 de marzo de 1997, el soldado Manuel C. C. fue atropellado por un autobús cuando se dirigía en moto a la base de El Goloso (Madrid). El Tribunal Médico Central decretó su baja en el Ejército, por pérdida de las condiciones psicofísicas requeridas como consecuencia de las lesiones que sufrió en su pierna derecha. Dicho tribunal militar admitió que el accidente se produjo en acto de servicio y acabó reconociéndole una indemnización del 60% (inicialmente era del 20%, pero presentó dos recursos). En total, unos tres millones de pesetas.
Por los mismos hechos, aplicando los baremos del seguro obligatorio de vehículos, el juzgado de instrucción número 32 de Madrid condenó al conductor del autobús, responsable del accidente, a indemnizar a Manuel C. C. con 22,8 millones de pesetas por las lesiones, secuelas y daños causados.
El ejemplo ilustra el diferente valor que Defensa y la sociedad civil dan a una pierna.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 22 de enero de 2001