A través de esta sección queremos dirigirnos a nuestro paisano Gustavo Martín Garzo, que el domingo 14 de enero de 2001 escribió en su diario un artículo titulado La mirada de una oveja, para decirle que estamos totalmente de acuerdo con la definición que hace de los castellanos como personas locuaces que se distinguen por la conversación y por el uso de la palabra continuada, que en muchas ocasiones es la firma y rúbrica de los acuerdos entre las partes.
Y de la mención que hace de los gitanos: 'Eran hábiles vendedores y su locuacidad no conocía fin'.
Creemos que el hecho de citar a los gitanos para afianzar una de las peculiaridades de los castellanos como prototipo de personas locuaces y serias significa la raigambre de éstos en Castilla, su pertenencia a esta tierra y su sintonía con ella. Y que su locuacidad y seriedad les distingue de los gitanos de otras tierras y regiones.
También diremos que ante el sugestivo título La mirada de una oveja se esconde lo que las personas somos de verdad, lo que nos define por encima de dichos vacíos y estereotipos sin fundamento y lo que somos los castellanos, payos y gitanos: locuaces, recios, vitalistas, modernos y austeros cuando hay que serlo. Aprovechamos la ocasión para dar las gracias a Martín Garzo por presentarnos la otra mirada de los gitanos y a EL PAÍS por la divulgación de este escrito.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de enero de 2001