La diversión desproporcionada y sin control ha producido daños imprevistos en el Kutxaespacio de la Ciencia donostiarra. Quienes se empeñaron en presentar un museo de la ciencia 'interactivo' han tropezado con el comportamiento salvaje de algunos visitantes que, al confundir jugar con hacer el gamberro, dejaron fuera de funcionameinto casi la mitad de los 160 experimentos. Ayer, técnicos del servicio de reparaciones aprovecharon el día de descanso para arreglar los numerosos desperfectos ocasionados.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de enero de 2001