Tener el primer hijo antes de los 30 años parece tener un efecto protector frente al cáncer de mama. Esto es algo que ya se sospechaba y que ahora confirma un nuevo estudio epidemiológico que pone de manifiesto además que el riesgo de padecer un cáncer de mama está relacionado directamente con la edad de la madre en los sucesivos embarazos, de tal forma que el riesgo es menor cuantos más hijos tiene la mujer a edad joven. La investigación, realizada con un millón y medio de mujeres danesas entre 1968 y 1999, y publicada en la revista Epidemiology, confirma que el riesgo de sufrir un cáncer de mama en una mujer que no ha tenido hijos es mayor que en las mujeres con hijos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 23 de enero de 2001