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Necrológica:NECROLÓGICAS

En memoria de Javier Rodríguez-Piñero

Se nos ha ido Javier Rodríguez-Piñero. Se nos ha ido físicamente para siempre.

Hombre de fina cultura, convicciones democráticas y honda preocupación social que, en el ejercicio de la medicina, volcó su saber hacia los demás desfavorecidos de la fortuna.

Entendido en el arte de la lidia de toros y en las artes de reparar los jirones que en la misma acaecen a quienes ejercitan la plástica de los lances en las lides.

Buen conversador, su cultura, vasta y sin estridencias, en la que no se oponían lo andaluz a lo sevillano, le permitía también ahondar desde sus raíces en los mitos y tradiciones populares, de los que poseía abundante documentación, que puso a disposición, junto con su talento, de empresas culturales que han llegado al gran público, incluso fuera de nuestras fronteras. Así, su conocimiento del inicio del liberalismo en Sevilla en el siglo XIX y la condición de las cigarreras de la Real Fábrica de Tabacos de esa ciudad, origen del mito de Carmen, le permitió dejar una de sus últimas improntas al respecto como documentalista de Carmen. Ópera de cornetas y tambores, que vio la luz bajo el impulso de Salvador Távora, desbrozando en el drama la lucha por la emancipación social y de género que quedaron ausentes en el libreto de Merimé musicado por Bizet.

Impulsor del Grupo de Atención Extrahospitalaria de SEISIDA, que presidía, y animador de los Encuentros del Guadalquivir, experiencia singular de puesta al día del conocimiento biomédico y sanitario en VIH/SIDA, navegando de Sevilla a la desembocadura del río, entre la marisma del Parque de Doñana.

Ya no habrá más relatos en sus palabras pasadas de las conversaciones ilustres, como las mantenidas con el Nobel Gabriel García Márquez, ni paseo por Sanlúcar de Barrameda...

Hombre de consenso y de impulso cooperativo, con su ausencia física definitiva, no por menos esperable menos dolorosa, nos faltarán sus propuestas, siempre ponderadas, que permitían aunar esfuerzos. Descanse en paz y su recuerdo permanecerá indeleble en la memoria de todos.-

* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de enero de 2001