El líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechó el día de entrada en vigor de la Ley de Extranjería para pedir al Gobierno que en vez de negociar convenios de expulsión establezca otro con El Salvador, que recientemente ha sufrido un terrible terremoto, para traer a 5.000 o 10.000 salvadoreños a trabajar en España. Zapatero se refería a los convenios que el Ejecutivo negocia con Marruecos, Ecuador y Polonia para reservar un porcentaje del cupo anual de trabajadores extranjeros a los ciudadanos de esos países.
El líder de los socialistas dijo que en un hipotético Ejecutivo del PSOE en el asunto de la inmigración primarían palabras como 'solidaridad' y no las que ahora dominan el discurso del Gobierno de Aznar que son, según dijo, 'expulsión, límites, ilegales'.
Zapatero achacó al Gobierno falta de previsión en todo lo que se refiere a la inmigración. Y lo utilizó como una prueba de lo que él califica de 'desgobierno'. 'Llevan 10 meses sin hacer nada', comentó. Las dos únicas leyes que el Ejecutivo ha sido capaz de sacar adelante son, según Zapatero, inaplicables. Se refería a la Ley del Menor y a la de Extranjería, que no puede ser ejecutada, según el líder del PSOE, porque el Gobierno 'no se va a atrever' a expulsar a las 150.000 o 200.000 personas que a pesar de no tener papeles 'fomentan la productividad' de España.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de enero de 2001