Piensos cárnicos para animales herbívoros. Fabricantes sin escrúpulos y políticos incompetentes; no es nada nuevo. Pero falta algo muy importante: ¿qué han hecho los científicos?, ¿dónde están sus denuncias? Puede que la ciencia termine en el laboratorio, pero la ética no. Si han visto el peligro y no lo han dicho son cómplices con su silencio. Y si ninguno lo ha visto es que su ciencia no va bien, ni técnica ni moralmente.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de enero de 2001