Viernes. 22.00. Antena 3. Con chulescos andares de guaperas campechano, Bertín Osborne aparece en pantalla para presentar Mujer 10, uno de tantos concursos con ballet, neones, jurado endogámico, cinco parejas de esposas y maridos ávidos de llevarse a casa los 50 kilos de recompensa y una extenuante y pringosa sucesión de pruebas.
Lo mejor: cuando el presentador Livorio García, miembro del jurado, le dice a un sobrado Bertín: 'Llevas la bragueta abierta'. Lo peor: un par de chicas enfundadas en látex llamadas Las Pécoras, que se ganan la vida como pueden y a las que el más pasota de los Bertines jamás contratado por Antena 3 les suelta este comentario: 'Estaros quietas, que os arreo. Que estoy hoy con la mano suelta'. Bragueta abierta y mano suelta: dos argumentos de peso.
Sábado. 21.45. Antena 3. Una vez en la vida es un refrito de concursos de cultura general presentado con un gran despliegue tecnológico. Aquí todo es a lo grande: 210 concursantes, 210 millones y, en general, una mecánica del mogollón con una primera parte esclava de una sucesión de eliminatorias y concursantes con los que uno no tiene tiempo de encariñarse. La emoción aparece tímidamente en el último tramo, pero recuerda demasiado al 50x15 del cejimóvil Sobera para sorprender. Un escenario aderezado con esa iluminación de discoteca, con oscuras y azules tonalidades y destellos a gogó.
Sólo faltan unos cuantos carrozas hablando a solas con su cubata para completar el decorado. ¿Lo mejor? Que Constantino Romero consiga que el concurso no afecte negativamente a su dignísima hoja de servicios.
Lunes. 22.00. TVE-1. Exhausto y víctima de una sobredosis de aplausos inducidos, me arrastro hasta el televisor para ver Todo en familia. Ramón García está perfecto en su papel de cordial español medio. En esta ocasión es, además de presentador, director. O sea: culpable. En la pantalla, famosos y familias.
Las familias deben superar distintas pruebas y los famosos -más Paz Padilla, más Carmen Sevilla- aprovechar el escaparate para amplificar o echar a perder su fama. Para la ocasión, García cuenta con dos colaboradores a medio camino entre Las Pécoras y los chicos del Caiga quien caiga, que ayudan a los concursantes a someterse a diversos tipos de humillaciones tan modernas como tirarse tartas de nata a la cara.
Conclusión: hemos cambiado de año, de siglo y de milenio, y en los concursos de gran superficie siguen estando los que reinaban en el siglo, en el año y en el milenio anterior, lo cual confirma que, como género, el concurso ha dejado de ser un clásico para convertirse en un fósil. Monumental, sí, pero fósil al fin y al cabo. Aunque no me hagan mucho caso. En tan sólo cuatro días he visto Mujer 10, Una vez en la vida y Todo en familia y no me sorprendería tener perturbadas las facultades mentales. No es para menos.
[Mujer 10 obtuvo en su estreno 3.196.000 espectadores, con un 21% de cuota de pantalla. Una vez en la vida logró un número similar de seguidores, 3.192.000, y una cuota del 19,1%. Menor audiencia registró el lunes Todo en familia, que consiguió atraer a 2.475.000 personas, con una cuota de pantalla del 18,7%].
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 24 de enero de 2001