Me siento indignado ante las declaraciones del señor Aznar sobre la manifestación de Algeciras contra el Tireless. Esas alusiones en público sobre la nostalgia de manifestaciones anti OTAN, las chuflas sobre el bocadillo y los autobuses, es propia de alguien que no cree en la democracia.
Burlarse de los ciudadanos que estuvimos el sábado 20 en Algeciras es burlarse del sagrado derecho de manifestar una opinión en una democracia. ¿Y por qué ese desprecio? Porque para el señor Aznar la democracia consiste en que los ciudadanos vayamos a votar cada cuatro años y que luego nos quedemos tranquilos en casa, pues los asuntos públicos son de su completa exclusividad. El España va bien esconde un 'no se preocupen ustedes por nada, manténganse tranquilos, sigan la fiesta del consumo y de la democracia plana, que resolver los problemas es de mi competencia exclusiva'.
Señor Aznar: cada vez se parece usted más a su guiñol.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de enero de 2001