Ambas estaciones sólo reabrirán estos días sus puertas si amaina el viento, mientras el resto de los centros de esquí aguardan la evolución de la climatología para decidir si cancelan o continúan con su actividad.
La mayoría de las estaciones del Pirineo (tanto el francés como el español) cuentan con nieve de sobra para asegurar la atención al cliente, pero sus esfuerzos de renovación y ampliación de sus servicios se están viendo frustrados por unas condiciones atmosféricas disuasorias.
En estas condiciones, ha aumentado la demanda para la práctica del esquí de fondo. La estación de Candanchú tiene habilitados cinco kilómetros de nieve húmeda con espesores de entre 20 y 30 centímetros. En el Balneario de Panticosa se encuentra practicable un circuito de 5,5 kilómetros, llanos, cubiertos con medio metro de nieve húmeda. La oferta pirenaica más consistente sigue siendo la que ofrece los Llanos del Hospital, en Benasque. Ahora mismo están abiertos 10 de sus 18 kilómetros esquiables con un espesor de nieve húmeda que oscila entre los 25 y los 45 centímetros.
Los aficionados al esquí de fondo tienen además una cita señalada este fin de semana: el Campeonato de Euskadi, que reunirá a unos 200 esquiadores de distancias largas y relevos en Candanchú. Las carreras discurrirán sobre un circuito de 30 kilómetros para las categorías masculinas senior y junior, y 15 kilómetros para las féminas. La prueba, pese a contar como campeonato vasco, está abierta a participantes de otras comunidades autónomas, y ya han confirmado su presencia aragoneses, catalanes, madrileños y andaluces.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 25 de enero de 2001