Los extranjeros habían anunciado que si percibían una voluntad de diálogo por parte del Gobierno, podían abandonar la huelga de hambre y el encierro en tres iglesias de la ciudad. Pero no fue así. La propuesta presentada por la Delegación del Gobierno incluye revisar los expedientes de 'entre 12.000 y 15.000 inmigrantes' de los 34.000 que no consiguieron regularizar su situación en el proceso extraordinario que finalizó el pasado julio. Esta propuesta se enmarca dentro de la repesca introducida como disposición transitoria en la Ley de Extranjería y que consiste en regularizar a los inmigrantes rechazados sólo por no haber podido acreditar su presencia en España antes del 1 de julio de 1999.
Al margen de la reunión, la protesta de los inmigrantes se amplió ayer a una tercera parroquia, la del Carme, donde se encerraron cerca de 50 personas. Durante el sexto día de la huelga de hambre, cinco inmigrantes tuvieron que ser evacuados a hospitales y decenas de ellos fueron atendidos por Cruz Roja.
Las tres iglesias que acogen a los inmigrantes son un auténtico bullicio. Los ciudadanos se han volcado en llevar ayuda a los encerrados. Sobre todo mantas, agua y ropa de abrigo, pero también hay quien lleva utensilios de aseo personal, libros y todo tipo de medicamentos. Ante la puerta de la iglesia del Pi, la que acoge a más inmigrantes, centenares de personas aguardan las horas que haga falta para tener noticias de dentro. Los familiares de los huelguistas son mayoría, pero también acuden a este lugar cientos de ciudadanos atraídos por un extraño magnetismo. 'Creo que este follón cambiará algunas cosas', decía ayer uno de ellos.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 26 de enero de 2001