Soy hija del cuerpo desde su fundación, especialmente vinculada por mis familiares más allegados. El día 27 de diciembre leí un artículo en su periódico sobre la Guardia Civil y el colectivo de sus componentes, siempre redundando a lo inalcanzable, un sueldo digno. Volviendo unos años atrás, cuando se encontraba el señor González en la presidencia del Gobierno y en la oposición el que actualmente gobierna, un señor ministro dijo con palabras muy bonitas, entre comillas, dirigiéndose a los españoles que inocentemente nos encontrábamos escuchando la pequeña pantalla, 'pero cómo se puede tener en un territorio español a unas fuerzas y cuerpos de seguridad en estado lamentable, mal vestidos, mal pagados, cuando ellos son nuestra protección y nuestra seguridad'. Acto seguido se levantaron los de su partido y lo aplaudieron.
Actualmente, este señor ostenta un cargo en el Congreso y sus palabras, que no se cumplieron, sirvieron para que cientos de los componentes de la seguridad y sus familiares votaran a ese partido. Todo quedó en palabras obsoletas escritas sobre papel mojado.
Entre otras cosas, yo, vecina de Málaga, veo cómo se lleva a cabo el cierre de cuarteles a pasos agigantados y cómo se crean otros sin ton ni son, a mi juicio. Tengo conocimiento de que en cuestión de tres años se han suprimido tres casas cuartel, todas de la misma comandancia y si me apuran del mismo término municipal, teniendo los citados guardias que solicitar nueva unidad forzosamente, teniendo que sufragar gastos por esos mismos cambios. Encima no tienen vehículos y los que poseen están en un estado lamentable, sólo hay que darse una vueltecita por el litoral de la Costa del Sol y comprobarán la veracidad de mi carta, aunque sí hay un vehículo nuevo preparado para la famosa carrera París-Dakar y personal que irá a África con dietas de desplazamiento, albergues, gasoil, etcétera.
Si yo estuviera en el lugar de estos guardias tendría la moral por los suelos, especialmente debido a los salarios y teniendo en cuenta que esto conlleva la ineficacia total para el desarrollo del servicio. Es una verdadera pena.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 27 de enero de 2001