Ni las autopsias ni los primeros análisis toxicológicos realizados en Barcelona han facilitado pista alguna que permita determinar las causas de la intoxicación. Habrá que esperar al resultado de análisis más específicos de las vísceras y líquidos corporales enviados al Instituto Nacional de Toxicología, en Madrid. El paso del tiempo parece confirmar, sin embargo, que cualquiera que fuera el foco de la intoxicación, se circunscribe al domicilio del matrimonio, en una zona residencial de Sant Salvador, el barrio marítimo de El Vendrell.
El curso que siguió la evolución de los intoxicados ha dejado perplejos a los equipos médicos. José Luís Collado, de 38 años, y Laura Bargués, de 34, llevaron a su pequeño hijo al servicio de urgencias del hospital de Sant Pau i Santa Tecla la madrugada del pasado día 24. Cuando fue ingresado, sufría vómitos y diarreas, pero su estado general era bueno. A primera hora de la mañana, sin embargo, los padres acudieron al centro de atención primaria de El Vendrell con los mismos síntomas que el pequeño.
Empeoramiento
Tras ser tratados de gastroenteritis, abandonaron el centro sobre las nueve de la mañana. Apenas tres horas después, sin embargo, José Luis Collado volvía al centro a causa de un brusco empeoramiento de los síntomas. Cuando llegó tenía ya dificultades para hablar y una merma considerable del estado de conciencia. Su estado empeoraba por momentos, por lo que el equipo médico dispuso una ambulancia para trasladarlo urgentemente al hospital de Sant Pau i Santa Tecla, en Tarragona.
Al sospechar que la esposa pudiera estar en el mismo estado, el personal sanitario requirió una dotación de la Guardia Urbana y se trasladó al domicilio del matrimonio. Tras forzar la puerta, encontraron a Laura Bargués en estado de choque. Murió poco después, mientras era trasladada al hospital, donde al cabo de poco falleció también su marido. Aunque no presentaba la gravedad de sus padres, se decidió trasladar al niño al hospital Joan XXIII.
'Han sufrido un proceso cataclísmico. Todo apunta a un tóxico, probablemente químico', declaró Josep Maria Azarà, director médico del hospital. Las autopsias revelaron que el matrimonio había fallecido de una miocardiopatía dilatada muy severa. Por tanto, el agente tóxico causante tuvo que ser también potente. Sin embargo, en el registro que técnicos sanitarios hicieron en la casa no encontraron nada sospechoso. Ni alimentos, ni restos de algún gas o producto tóxico. Al menos en una primera observación. Las muestras que se recogieron están siendo analizadas. La abuela del niño, que comió con el matrimonio el día antes de su muerte, no presenta ningún síntoma.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de enero de 2001