Me dirijo a ustedes para presentar mi enérgica protesta por el servicio que ofrece la línea C-9 (Cercedilla-Cotos) de cercanías. Esta mañana queríamos subir a Cotos, como miles y miles de personas. Como existe un servicio de trenes, decidimos que sería más razonable, ecológico y solidario usar un transporte colectivo. Nos dirigimos a la estación de Collado Mediano a las 10.00, y cuál es nuestra sorpresa cuando vemos en la taquilla un cartel que anuncia que el servicio de la línea C-9 está suspendido. Preguntamos al señor de la taquilla y nos responde que sí funciona, pero que el servicio está colapsado, pues los trenes de cercanías pueden transportar hasta 2.000 personas a la hora y el funicular sólo 400 por hora; por supuesto, sin derecho a reserva de plaza.
Conclusión: media vuelta y usamos el coche para subir; atasco, saturación, contaminación y luego, una vez hemos llegado a Cotos, la impotencia de no poder aparcar. ¿Es que es tan difícil pensar de antemano que en un fin de semana de buen tiempo, y habiendo suficiente nieve en las cumbres para esquiar, pasear y jugar, miles y miles de personas iban a subir? ¿Es que no se puede aumentar la frecuencia del funicular? ¿O hacer billetes con reserva anticipada? ¿O poner autobuses sustituyendo la carencia de plazas en Renfe? Eso sí, anuncian a bombo y platillo la subida de tarifas. Yo creo que ya está bien de potenciar el transporte privado. Hagan algo por mejorar el servicio y, por favor, déjennos usar el tren.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de enero de 2001