Durante milenios, los que vivís ahí abajo habéis subido hasta mí a coger y a llevar: os he alimentado a vosotros y vuestros ganados con mis frutos y plantas, os he dado leña para calentaros y madera para construir vuestras casas y barcos, os he facilitado piedras para vuestros caminos y hierbas medicinales para sanar vuestras enfermedades,..... y por todo ello yo tengo varias heridas sin curar.
Estos últimos años os veo subir a tomar el aire, a hacer deporte, a pasar un buen día con la familia o los amigos y, a cambio, me dejáis regalos inservibles (latas, plásticos, botellas,...)
Bueno, pero pese a todo, estoy contento, porque los aires que han llegado a mis oídos me cuentan que queréis devolverme algo que perdí hace muchos años, que queréis recuperar una parte de mí (los terrenos que rodean a lo que llamáis la Fuente del Tarín) para plantar hayas, robles, fresnos,...Viejos y queridos vecinos con los que hace tiempo solía charlar.
¿Qué puedo decir? Estoy realmente emocionado y sólo deseo y os animo a que esos rumores se conviertan ya en realidad.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de enero de 2001