Los servicios a la Tercera Edad absorben el grueso del dinero que las administraciones públicas destinan en Euskadi a prestaciones sociales. Las instituciones invierten el 43,1% del gasto social en medidas para paliar las consecuencias de la vejez, incluida la pérdida de ingresos, la pérdida de autonomía para realizar tareas cotidianas o la disminución de la actividad social.
Estas partidas incluyen tanto el dinero que se dedica a pensiones como otro tipo de prestaciones de carácter asistencial que recibe este colectivo. Estos resultados forman parte de un estudio realizado por el Observatorio del Mercado de Trabajo de Euskadi a partir de los datos facilitados por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
Después del volumen dedicado a las personas mayores, los ámbitos de asistencia y enfermedad constituyen la segunda área de prestaciones sociales que recibe mas recursos económicos por parte de las instituciones públicas, exactamente el 25% del total. Este apartado incluye las prestaciones en dinero que sustituyen a la pérdida de ingresos causada por enfermedades y la prestación de asistencia sanitaria de manera independiente de cuál fue la razón que la produjo.
El desempleo, a través tanto de las políticas activas para generar empleos como aquellas de carácter pasivo, supone el tercer capítulo que más recursos públicos se lleva, un 14,5% del gasto social. Muy por detrás se sitúan otros campos como la invalidez, la familia, la exclusión social o la promoción de vivienda.
El Sistema de Seguridad Social soporta el 75% del gasto social. En este sistema se incluyen tanto el Instituto Social de la Marina y Osakidetza.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 28 de enero de 2001