El relevo sevillano en el liderato de Segunda División, que se venía perfilando en las últimas jornadas, se consumó ayer. El Betis cumplió el sábado con su regularidad funcionarial, incluso con un gol más de lo que acostumbra en el Ruiz de Lopera, marcándole dos goles al Compostela (2-0). El Sevilla necesitaba ganar ayer para mantener a raya a su gran rival, pero no pudo pasar del empate en Murcia. El uruguayo Olivera, su jugador más desequilibrante, volvió a marcar un gol decisivo.
Con los triunfos del Tenerife y el Salamanca se confirmó la fortaleza del cuarteto que, hoy por hoy, parece destinado a luchar por las tres plazas de ascenso. La buena marcha de estos equipos también tiene mucho que ver con la potencia atacante que dan jugadores como Barata en el Tenerife, o Munteanu en el Salamanca.
Los que vienen por atrás no aguantan el tirón, aunque el Córdoba parece recuperado gracias a los fichajes en el mercado de invierno. El equipo de Sánchez Duque volvió a ganar con claridad en el Arcángel, esta vez a un Getafe que sigue su lucha por la permanencia. Poco a poco se queda el Recreativo, que empató en Badajoz, como era previsible a la vista de los números de dos especialistas en la equis de la quiniela.
Del resto de la jornada destaca el 0-3 del Leganés en Almendralejo, un resultado que viene a confirmar que el Extremadura está muy lejos del equipo que parecía hecho a la medida de la categoría. Ese título queda claramente en posesión del Éibar, un modesto entre los modestos que volvió a ganar en su campo y progresa en la clasificación. El 2-0 de Ipurúa, con un gol del realista Barkero, campeón del mundo Sub-20, deja muy tocado al Lleida, que se sintió maltratado por un árbitro que le expulsó a un jugador, le pitó un penalti y le anuló un gol.
Peor que el Lleida lo tiene el Universidad de Las Palmas, que con su derrota de ayer frente al Sporting de Guijón queda muy lejos de los puestos de salvación.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de enero de 2001