Los bomberos del Ayuntamiento de Madrid y de la Comunidad tuvieron que aplicarse ayer ante el fuerte vendaval que azotó la región. La caída de árboles, cornisas y paneles publicitarios multiplicó las salidas de los efectivos y las llamadas de socorro al teléfono 112. El mal tiempo obligó también a cerrar el puerto de Navacerrada y la estación de Valdesquí. Los vientos alcanzaron en la sierra los 70 kilómetros por hora.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 29 de enero de 2001