Brian Lang, rector de la universidad escocesa de Saint Andrews, en Edimburgo, no quiere traidores entre sus alumnos. Si los encuentra, está dispuesto a expulsarlos. La advertencia puede parecer algo dura, pero es que Lang trata de allanar el camino a uno de sus estudiantes más ilustres, el príncipe Guillermo de Inglaterra. Cerca ya del inicio de su carrera en Historia del Arte, que dará comienzo el próximo septiembre, el futuro rey de Inglaterra ha cumplido 18 años y Edimburgo no desea que la prensa sensacionalista le haga la vida imposible. Si alguno de sus compañeros vendiera chismes sobre Guillermo a la prensa sensacionalista sus días de estudiante estarían contados. El rector, que ha cedido su residencia oficial para que las clases de arte pudieran impartirse en un solo edificio, facilitando la labor de los guardaespaldas del príncipe, espera que Guillermo se lleve un buen recuerdo. El mismo consejo dado a los estudiantes ha sido remitido a los profesores para que sean comedidos en sus declaraciones. Guillermo no ha pedido privilegios, pero su timidez es bien conocida y seguramente agradecerá en silencio los esfuerzos de su rector.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de enero de 2001