El Samur-092 estrenó ayer una tienda de lona a modo de carpa para atender a un hombre que sufrió un paro cardiaco en el intercambiador de autobuses de la plaza de Castilla. De esta manera, los pacientes atendidos en calles y carreteras gozarán de una cierta intimidad en estos momentos de crisis.
El Samur ha adquirido dos carpas, aunque espera ampliar la dotación en breve si el sistema da el resultado esperado.
'Por un lado, queremos que los enfermos estén protegidos de la curiosidad de la gente de la calle', señaló ayer un portavoz del Samur, ' y, por otro, evitar accidentes en las carreteras. Es muy normal que la gente, cuando ha habido un percance con heridos, se distraiga al mirar lo sucedido'.
Fuentes del Samur también señalaron que con este sistema el enfermo queda resguardado de las inclemencias del tiempo.
Los trabajadores del Samur emplean tan sólo 30 segundos en levantar la carpa, de color amarillo, cuyo tamaño es de unos cuatro metros cuadrados.
La tienda que ayer se empleó en la plaza de Castilla para atender a un anciano permitió al Samur realizar las maniobras de reanimación lejos de la curiosidad de las personas que pasan por allí. El hombre murió en la carpa.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 30 de enero de 2001