Medio centenar de morellanos viajaron ayer a Castellón para conocer las explicaciones que el presidente de la Diputación, Carlos Fabra, daba sobre la cesión del uso y gestión a la institución provincial, por parte del Ministerio de Cultura, del castillo, las murallas y el convento de Sant Francesc de Morella, por 10 años. Tanto para los representantes municipales como para el portavoz socialista en la Diputación, Enrique Navarro, la cesión del complejo a la Diputación es una cuestión partidista y personal de Fabra con el alcalde de la localidad, Ximo Puig. El presidente de la Diputación, por contra, denunció una actuación irregular y habló de 'corruptela' por parte del Ayuntamiento de Morella en el cobro de entradas al castillo. Según la concejal de Cultura Elena Doménech, ya se realizó una advertencia en este sentido en 1989, cuando gobernaba el PP, y se rectificó el problema con el primer gobierno municipal socialista, que reguló el cobro de las entradas de acuerdo con Cultura.
Fabra aseguró que logrará que el Estado invierta los 97 millones presupuestados desde la legislatura pasada y que destinará el dinero de las entradas al propio castillo. La noticia no ha caído bien entre los morellanos: 'Nos están haciendo daño donde más nos duele'.
El alcalde Morella y portavoz socialista en las Cortes, Ximo Puig, anunció que el Consistorio 'hará todo lo que esté en sus manos' para que no se lleve a cabo la cesión. Puig añadió que la medida entra 'en contradicción con el principio constitucional de autonomía local' y que 'no es legítimo que una Diputación vaya en contra de la decisión unánime de un Ayuntamiento'. Navarro recordó, además, que Morella solicitó la gestión del castillo al ministerio sin recibir respuesta.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 31 de enero de 2001