Leo absolutamente horrorizado el plan que nos preparan el alcalde de Madrid, el presidente de la Comunidad y el ministro de Defensa para la reurbanización de la zona de los cuarteles de Campamento.
Estas mentes privilegiadas que nos mandan se han calentado mucho la cabeza para concebir la realización de un proyecto de implantación de nada menos que 18.300 viviendas, que conllevan el alojamiento de no menos de 50.000 personas, y más de 25.000 automóviles; todo ello en una zona totalmente saturada de población y con unas comunicaciones al centro de Madrid absolutamente insuficientes (la N-V no tiene expansión a los lados, y la línea del metro, pues hay una y no hay más); sin embargo, eso sí está claro, se generará un negocio de más de 700.000 millones de pesetas, que los moverán los mismos promotores avezados de siempre.
Pues bien, a estos señores arriba citados no se les ha ocurrido dedicar estos terrenos a la construcción de un hospital, que tanta falta hace en cualquier zona de Madrid, y especialmente ésta, que carece de ello (el más cercano se encuentra en Moncloa o en la carretera de Andalucía), o una universidad pública, con grandes zonas polideportivas, o una ciudad escolar que incluya formación profesional. Por si esto fuera poco, seguro que no proyectarán apenas zonas verdes y se cargarán la Dehesa, la Venta de la Rubia y todos los terrenos actualmente no urbanizables colindantes con la Ciudad de la Imagen, que hace mucho tiempo fueron campo de prácticas de tiro y actualmente están repletos de perdices, conejos y liebres.
En fin, todo sea por manejar cuanto más dinero mejor, y a los de a pie, que Dios nos pille confesados.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de febrero de 2001