En víspera de Santa Águeda la tradición marca que los coros salgan a la calle a cantar en honor de la mártir. Todos estos requisitos se cumplieron ayer en las calles del País Vasco, pero los coros también se han puesto al día y aprovechan las ventajas de comunicarse con los teléfonos móviles. Aunque la imagen del casero, ataviado con blusa y boina y con un aparato en miniatura pegado a la oreja, choque tanto como la de los romanos de las películas a los que se les olvidaba quitarse el reloj de muñeca.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 5 de febrero de 2001