Cada día me sorprende más ver que en lugar de adoptar soluciones lógicas, el Ayuntamiento de Barcelona parece inclinarse por las más desatinadas. Vean el caso: hay una pequeña calle que desemboca en la avenida del Hospital Militar desde la de la Mare de Déu del Coll, la calle Medes, que pese a sus reducidas dimensiones funciona como aliviadero del tráfico que va a desembocar en la plaza de Lesseps. Es mucha la gente que la usa, sobre todo por las mañanas, en hora punta. Dado que para el ingreso en Hospital Militar no hay semáforo, la maniobra requiere siempre, sobre todo en sentido descendente, un punto de sangre fría. Durante algún tiempo, un guardia urbano controló la encrucijada. Pero ahora, el Ayuntamiento ha instalado varios contenedores de recogida selectiva en la acera de Hospital Militar, justo al lado de la desembocadura de la calle de Medes, que estrechan el paso en sentido ascendente y obligan a hacer una maniobra aún más complicada. Resultado: se forma una larga cola de coches, se entorpece el tránsito en vez de, como parecería lógico, facilitarlo. ¿Ha estudiado alguien de qué forma afectan esos contenedores al tráfico? ¿Tan complicado era colocarlos más arriba o abajo?
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de febrero de 2001