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LOS PROBLEMAS DE LOS INMIGRANTES

Los encerrados de Barcelona se sienten engañados por el Gobierno

Los más de 700 inmigrantes encerrados en iglesias de Barcelona consideran 'un engaño' que el Gobierno les exija ahora dejar el encierro para desarrollar el acuerdo alcanzado el pasado viernes. La portavoz de la plataforma Papeles para Todos, Norma Falconi, manifestó: 'Nosotros [los inmigrantes] ya hemos dado el paso que teníamos que dar, que era dejar la huelga de hambre. Abandonar el encierro no era condición para negociar'. 'La gente no quiere salir del encierro sin nada', agregó Falconi, 'necesita tener una respuesta efectiva'.

La Delegación del Gobierno en Cataluña, sin embargo, entiende que el pacto firmado el viernes incluía implícitamente el abandono de cualquier tipo de protesta antes de avanzar en las negociaciones. Un portavoz de esta Administración reiteró que 'no existen razones para mantener la protesta una vez que ya se ha firmado un acuerdo'. Según el principio de acuerdo firmado, la Administración central se compromete a 'dar una solución favorable a la mayor parte de los expedientes rechazados en el procedimiento de regularización del pasado julio', que fueron unos 34.000 en la provincia de Barcelona.

Los encierros y las protestas en esta provincia incluyen a tres grupos de inmigrantes: los que presentaron la solicitud en el proceso extraordinario de regularización que acabó en julio y obtuvieron una respuesta negativa, los que no cumplieron con el plazo y los que no presentaron petición.

La mediación del Síndic

Ante el parón de las conversaciones, los inmigrantes solicitaron formalmente al Síndic de Greuges (equivalente en Cataluña al Defensor del Pueblo) que prosiga su mediación con la Delegación del Gobierno. También se reunieron con representantes del Colegio de Abogados de Barcelona para que los letrados les ayuden en las negociaciones.

Los encerrados comunicaron al Síndic que han decidido continuar con su protesta e incluso ampliarla. Unos 70 extranjeros se sumaron a los encierros el fin de semana en Cornellà de Llobregat (Barcelona), informa Manel Torres. La mayoría de ellos de origen magrebí, permanecen encerrados desde el pasado sábado en una parroquia del barrio de Sant Ildefons, para solidarizarse con los encerrados en Barcelona y protestar por la entrada en vigor de la Ley de Extranjería. Otro reducido grupo ha decidido continuar la huelga de hambre porque cree que no tienen la garantía de que se les concederá el permiso de residencia. El resto, muchos de los cuales estuvieron sin comer durante 15 días, continúa el proceso de realimentación para recuperarse de la huelga de hambre. Después de dos días ingiriendo zumos naturales, ayer comenzaron a comer fruta, y hoy ya podrán ingerir verduras crudas. Al mismo tiempo, se les continúan realizando los análisis epidemiológicos para detectar posibles casos de tuberculosis.

* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de febrero de 2001