La compañia Telefónica se ha negado a dejar una llave maestra de las cabinas telefónicas públicas a los bomberos para que éstos puedan abrirlas en caso de accidente, como el que se vivió el pasado sábado en la plaza del Dos de Mayo, cuando Raúl Chamorro, un joven que intentaba recuperar una moneda de 100 pesetas de la cabina, se quedó con un dedo atrapado en ella. 'Dejar la llave maestra a los bomberos sería como darles la llave de la recaudación', señaló un portavoz de la compañía.
En relación con el incidente del sábado, Telefónica sostiene que 'desde que se avisó al técnico hasta que llegó al lugar' para liberar a Raúl pasaron 45 minutos. La compañía pudo comprobar, al abrir el aparato, que éste había sido manipulado: 'En su interior había una esponja, aunque pudo introducirse antes del incidente', señaló el mismo portavoz. El director general de comunicaciones públicas de Telefónica aseguró que es 'imposible' que alguien se quede atrapado en el cajetín de devolución de monedas 'si éste se utiliza para el uso que ha sido diseñado'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Martes, 6 de febrero de 2001