Ver y escuchar las noticias, analizar la libertad democrática a la que estamos sometidos, el marketing depredador que nos suministran como eternos conejillos de india y las evolucionadas tecnologías de comunicación para callarnos, me motivan a investigar por mí mismo, la campaña del candidato por las tinieblas.
Adán, Judas, Julio César, Nerón, Calígula, Hitler, Franco, Mao Tse Tung, Mussolini, y, para no ir tan lejos: Pinochet, Fidel, Putin, mi vecino, y la última novedad mundial: Bush. Son algunos de los hijos del supremo, elegidos unos y puestos a la fuerza otros, por nosotros los que también creemos tener una idea de Dios y del amén. A pesar de que el gobierno espiritual de estos últimos dos mil años no ha acertado en las predicciones apocalípticas, no nos queda otra que esperar a ver cómo será la página web del Vaticano, su nueva estrategia y sus franquicias a nivel mundial. Mientras tanto investiguemos. Saquemos nuestras propias conclusiones de la razón de existir, conscientes de las consecuencias que traerá luchar contra los miles de años de inculcación social.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de febrero de 2001