El grupo automovilístico DaimlerChrysler está enfrascado en un proceso de reestructuración profunda para sanear sus cuentas, golpeadas por las pérdidas de su filial estadounidense, Chrysler, e impedir el desmembramiento de la compañía, según fuentes del sector.
El presidente de DaimlerChrysler, Jürgen Schrempp, se ha reunido con representantes del segundo mayor accionista de la compañía, el grupo inversor kuwaití KIA, para presentar este plan de urgencia -con cambios internos en Chrysler y en su socio japonés Mitsubishi- y convencerle de que no venda el 7% que posee, pese a que las acciones han perdido la mitad de su valor en dos años. Además, el Deutsche Bank, primer accionista, trabaja en un plan para reforzar a DaimlerChrysler contra ofertas hostiles de compra.
Al grupo automovilístico, que atraviesa por su peor crisis económica, se le multiplican los problemas. Numerosos proveedores de componentes se niegan ahora a despachar a la filial estadounidense en protesta por las rebajas impuestas por el fabricante. Chrysler ha impuesto este año un descuento inicial en los precios de todas sus compras del 5% para ahorrar 6.000 millones de dólares (un billón de pesetas).
* Este artículo apareció en la edición impresa del Miércoles, 7 de febrero de 2001