Acabo de leer el artículo de Ignacio Vidal-Folch Ejercicio de admiración y, terminada su lectura, hago yo ese ejercicio por partida doble. Por una parte, la admiración que me inspiran F. Savater y su obra, y por otra, la que siento hacia Vidal-Folch por su artículo.
Yo también estuve en la presentación del libro de F. Savater Perdonen las molestias y, pese a conocer la mayor parte del libro a través de los artículos periodísticos del autor, pese a prever o vislumbrar las respuestas de Savater a las preguntas que le hacía Josep Ramoneda, ninguna de ellas estuvo de más: eran un manantial de puntos sobre las íes, frenta al patético discurso 'políticamente correcto' que practican ciertos sectores sociales y políticos para salvaguardar determinados imaginarios ideológicos.
Mucho debemos a Savater y a otros muchos librepensadores como él que nos ayudan e impulsan a enfrentarnos a tantas beaterías y dogmatismos de tantos y tan variados pelajes. Él y esos otros como él son quienes con su sentido común, sencillo, llano y alegre, nos ofrecen un mínimo argumento con pies y cabeza para asumir este acto cargado de absurdo que es vivir.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de febrero de 2001