Sé que no sirve de nada exponer las razones por las que considero que el consumo de cannabis debería estar legalizado, mas considero necesarias algunas aclaraciones respecto al reportaje publicado en este periódico para ilustrar el comercio impune de droga en El Marítimo. La redactora habría obtenido una información más ajustada a la verdad si a su criterio visual hubiese añadido el testimonio de los clientes, que, junto al que suscribe, daban forma a la fila; en la cual es fácil encontrar a licenciados universitarios (como es mi caso), a padres de familia, ejecutivos, currantes, etc., que no se ven reflejados en esa fila de supuestos yonquis. De haberse preocupado por utilizar una terminología más precisa (el genérico droga es tan poco apropiado como hipócrita, pues el alcohol también lo es y provoca más adicción que el hachís, siendo sus efectos mucho más nocivos), podría haber prescindido de su bíblica comparación entre la mercancía dispensada y el maná diario; porque, aunque no se mencione en el reportaje, lo que se vendía era hachís, y a piezas de 2 talegos (2.000 pesetas) como mínimo; cantidad que una sola persona no se fuma en un día. En mi caso, no acudía a por mi dosis diaria, sino más bien mensual. Si el hachís se vendiera en un establecimiento acondicionado, como el vodka, no tendríamos que ir a la calle Bello a molestar a los vecinos cuando nos apeteciera adquirir un producto contra el que todavía no se ha querellado ninguna asociación de ex fumadores.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de febrero de 2001