Nueve personas resultaron intoxicadas ayer por inhalación de humo en el incendio de un bloque de viviendas de la calle Dulcinea, 48, en el distrito de Tetuán. Dos policías municipales, que fueron los primeros en llegar al lugar del siniestro para ayudar a los vecinos, sufrieron quemaduras leves en las manos, según explicó un portavoz del Samur-092.
El incendio se inició sobre las cinco de la tarde en una vivienda de la planta baja por un 'fogonazo' en un interruptor, según declaró la inquilina del piso, Flora D. V., que resultó ilesa. El jefe de guardia de los bomberos, Juan Orellana, señaló que la casa estaba llena de 'papeles, cajas y otros desperdicios', lo que hizo que el fuego se propagara con rapidez. La vivienda quedó totalmente carbonizada.
Entre los heridos hay tres miembros de una misma familia: una niña de siete años, su madre, de 34, y su abuela, de 63. La madre de la pequeña, Ana Isabel N., permanecía anoche ingresada en la UVI del hospital La Paz con pronóstico reservado. La niña ingresó en el mismo centro sanitario, pero su estado era leve. La abuela, M. C., fue llevada al hospital Clínico, donde quedó en observación, al igual que una vecina de 65 años que fue trasladada al hospital Ramón y Cajal como medida preventiva.
Otras siete personas, entre ellas tres bomberos y los dos agentes locales, fueron atendidos y dados de alta en el hospital de campaña del Samur-092.
El dueño del edificio, A. A., que vive en el tercer piso, declaró que los vecinos se habían quejado a Flora D. V. por los malos olores que salían de su vivienda. En las labores de extinción y auxilio participaron cuatro vehículos de los bomberos, cinco del Samur-092 y cuatro de la Policía Nacional.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de febrero de 2001