El nuevo hotel de lujo de la cadena Silken en Bilbao, situado justo enfrente del Museo Guggenheim, busca destacar por su singularidad. Los propietarios han recurrido al diseñador Javier Mariscal, quien prepara una gran fachada acristalada, pero con 48 espejos de inclinaciones distintas que refleje todo lo que hay en los alrededores: el museo principalmente, pero también la Ría, Artxanda o el área de Abandoibarra.
Mariscal impondrá diferentes estilos del pasado siglo en los interiores, desde el racionalista de los 40 al italiano de los 80 e incluirá un gran atrio interior en forma de patio donde se plantará un ciprés realizado con hojas de guijarros.
Silken quiere inaugurar el hotel, en obras desde el pasado año, en septiembre. Las novedades han obligado a reducir las habitaciones de las 200 previstas a 145 y la inversión se situará entre los 1.200 y los 1.500 millones.
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* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 8 de febrero de 2001