Hubo un tiempo en que casi todos gritábamos ¡vivan las caenas! Eran los años en que tachábamos a la televisión de entonces, la única, de 'caja tonta'. Pasadas varias décadas, tengo la duda de quién era más tonta: aquella televisión o nosotros. Algún predicador encendía su verbo en las medianoches radiofónicas de España con 1a cantinela: 'TVE, que es la mejor televisión de España'. Y se quedaba más ancho que largo.
El caso es que llegó la anhelada competencia y se notó inmediatamente el cambio. A peor, claro. A mayor número de canales, mayor índice de bobadas.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de febrero de 2001