El último accidente en el aeropuerto de Bilbao ha alertado a usuarios y profesionales. Son ya dos en apenas 15 días y el tercero en cinco meses. Los dos primeros fueron salidas de pista de aviones sin ninguna incidencia personal y el tercero, ocurrido el miércoles al romperse el tren de aterrizaje de un Airbus en plena pista, causó cuatro heridos, de los que sólo una mujer de 75 años permaneció ingresada por el aplastamiento de varias vértebras.
AENA, el ente estatal que gestiona los aeropuertos españoles, atribuye estos siniestros a las 'inhabituales fuertes rachas de viento' que está sufriendo el País Vasco. 'Estos vientos se daban antes tres veces al año y este invierno se están sucediendo muy continuamente', aseguró un portavoz de la dirección del aeródromo vizcaíno.
El sindicato de pilotos SEPLA esperará a la investigación abierta para expresar una opinión concluyente, pero indicó que esta concatenación de accidentes puede aconsejar 'medidas más estrictas sobre el viento en Bilbao y acostumbrarnos a desviar más vuelos a Foronda'. Los pilotos califican al aeropuerto bilbaíno como 'delicado' cuando sopla el viento suroeste, situación que se dio en el último accidente. La orografía obliga a que los aviones que entran por Derio lleven una inclinación 3,5 grados mayor de lo habitual y una velocidad un 15% superior.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Viernes, 9 de febrero de 2001