Las telecomunicaciones han vuelto a sacudir a los mercados de valores europeos en general, y al español muy particularmente, ya que la retirada de Telefónica del concurso de telefonía móvil de Bélgica puso contra las cuerdas a la operadora.
Los inversores temen que el fuerte endeudamiento de estas empresas sea la causa de su desinterés por estar en nuevos mercados, aunque no falta quien afirma que las dudas y los plazos sobre la entrada en funcionamiento de la nueva tecnología, junto con las inversiones necesarias para ponerla en marcha, son, en definitiva, la razón del mal momento que atraviesa el sector. La caída en los resultados de las operadoras tradicionales como consecuencia del desplazamiento de la actividad hacia la telefonía móvil es otra de las razones de la retirada de los inversores, aunque al final los beneficios no salgan del grupo.
El empuje de las eléctricas, sector en el que la especulación espera nuevas ofertas, ha servido para mantener el dinero cerca del mercado, en un proceso de rotación que, cuando menos, logra que la contratación se mantenga en niveles aceptables.
En el Mercado Continuo se negociaron 330.272 millones de pesetas, 1.984,98 millones de euros, cifra que recogió tres operaciones institucionales realizadas sobre un total de 20 millones de acciones de Iberdrola, una de las sociedades de moda, algo más del 2% del capital social.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de febrero de 2001