El Canal de Isabel II, empresa pública dependiente de la Comunidad Autónoma de Madrid, cumple 150 años desde su fundación... y sigue aplicando los mismos modelos laborales que entonces. Soy trabajador fijo de esta empresa desde hace ocho años. El pasado mes de junio me fue concedido un traslado a las oficinas centrales, en turno de tarde, de lunes a viernes, según figura en el contrato y en el convenio colectivo.
Pues bien, resulta que ahora nos obligan a trabajar los sábados: el pasado 3 de octubre, y ante mi negativa verbal de trabajar fuera de mi horario, me comunican por escrito que 'me corresponde' trabajar el día 14, en horario de mañana, de ese mismo mes.
Es evidente que, ante una orden escrita, no puedes negarte a cumplirla, salvo que quieras que te abran expediente. Pues bien, el 4 de octubre comunico por escrito, y pasando el documento por el registro para que quede constancia, al director de organización y recursos humanos la situación a la que me enfrento, para que tome las medidas oportunas. El 30 de enero de 2001 seguía sin obtener ninguna respuesta por parte de la empresa, pero hace unos días recibí otra carta, en la que de nuevo se me conminaba a trabajar el sábado 3 de febrero.
Éste es un ejemplo del modo de actuar de una empresa pública. No deja de ser lamentable que sea precisamente en este tipo de empresas, que son las que deberían respetar totalmente la legalidad, donde se sigan llevando a cabo el ordeno y mando, sin respetar ni el convenio, firmado por la propia dirección de la empresa, ni el Estatuto de los Trabajadores. Y ante la más mínima queja, basta con hacer oídos sordos.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de febrero de 2001