Estos días los medios de comunicación nos informan sobre los nuevos proyectos de tranvías para Bilbao (nueva línea Autonomía-San Mamés, tranvía hasta la UPV) y, uno no puede permanecer impasible ante tanta vergüenza pública que, lejos de resolver el problema de los accesos a Bilbao, sólo va a conseguir agravar los atascos y empeorar el transporte con falsas promesas sobre tiempos de viaje. Porque vergüenza es que el consejero de Transportes siga hablando de tiempos de viaje del futuro tranvía entre Atxuri y Basurto que no se van a poder cumplir. Las razones son obvias: además de las dificultades propias del tráfico urbano, el tranvía encontrará obstáculos continuamente pues, aunque sus semáforos se abran automáticamente a su paso, no me imagino a un tranvía arrollando a todos los coches que interceptan su camino por los continuos atascos.
Otra vergüenza supina es la de que los políticos se permitan hablar de fechas de inauguración, cuando aún no se ha resuelto el paso del tranvía por Abandoibarra. Lo que tendremos serán dos minitranvías: uno de Atxuri a Mazarredo y otro de Basurto a Euskalduna. Lo que vislumbramos es el desvío de nuestro impuestos no para solucionar el transporte público, sino para comprar tranvías, dar trabajo a determinadas empresas y ponerse la medalla en la inauguración de un pseudosistema de transporte, eso sí, 'muy nuestro'.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de febrero de 2001