La Generalitat de Cataluña no informó a los 181 pacientes de esta comunidad que recibieron el radiofármaco elaborado con plasma procedente de un enfermo británico afectado por el mal de las vacas locas. La decisión de no informar fue tomada, según el consejero de Sanidad, Eduard Rius, 'porque no existen indicios de que esta patología pueda transmitirse a través de la sangre'. Sanidad retiró del mercado los lotes de este medicamento cuando tuvo conocimiento de su existencia, en diciembre de 1997, aunque desoyó un informe confidencial del Ministerio de Sanidad que recomendaba a las comunidades informar a los pacientes que habían recibido el medicamento. Más de 1.500 españoles recibieron el fármaco pero la mayor parte de comunidades decidieron no informar de ello.
El fármaco contaminado se llama Amerscan Pulmoate II y se utiliza para el diagnóstico del tromboembolismo pulmonar, una grave patología respiratoria. El plasma humano es uno de los componentes de este fármaco y dos lotes que se distribuyeron en Cataluña estaban fabricados con el plasma de un paciente británico que sufrió la nueva variante de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob. Ninguno de los 181 catalanes que recibieron el fármaco ha desarrollado la enfermedad, pero muchos ni saben que se les suministró el medicamento porque Sanidad decidió no comunicárselo después de consultar al Colegio Oficial de Médicos de Barcelona. El presidente de este colegio, Miquel Bruguera, explicó que no se consideró conveniente informar a los pacientes porque no se creía que les hubiera perjudicado y, en cambio 'les podía crear angustia sin ofrecerles solución'.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 10 de febrero de 2001