El ministro de Exteriores, Josep Piqué, mostró ayer su enfado por la visita que el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, hizo el viernes al País Vasco. En opinión de Piqué, la entrevista que el presidente catalán celebró con el lehendakari, Juan José Ibarretxe, y el presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Xabier Arzalluz, sirve para dar oxígeno a los nacionalistas vascos, que evitan la convocatoria de elecciones pese a haber quedado en minoría en el Parlamento autónomo.
'No estoy demasiado seguro de que los mensajes que se han transmitido con la visita de Pujol al País Vasco hayan sido los más acertados', afirmó el dirigente conservador, quien volvió a reclamar la convocatoria de elecciones. Durante su visita, Pujol entregó la moción antiterrorista aprobada el jueves por unanimidad en el Parlament.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Domingo, 11 de febrero de 2001