Yo también me siento orgullosa de mi ciudad y de mis conciudadanos. Comparto la opinión de que L'Hospitalet ha mejorado en los últimos 20 años. Sería escandaloso que después de tanto tiempo no pudiésemos apreciar mejoras.
Me sorprende que la publicación de una carta que critica la gestión municipal haya sido interpretada como un ataque a las ideas progresistas. Que las discrepancias políticas hagan sospechar del talante democrático del autor de las mismas recuerda actitudes políticas que pertenecen más al negro pasado que al presente. Posicionarse en contra de la gestión del Ayuntamiento y ser crítico implica, en mi opinión, reactivar justamente la democracia y querer hacer una ciudad mejor, no sometida ni al pesimismo ni al falso optimismo de que todo va bien. Considerar que el barrio de Collblanc-La Torrassa es lo más parecido a un barrio residencial y que el parque de la Marquesa es mérito del consistorio es ignorar los movimientos vecinales y sobre todo sus legítimas reivindicaciones. Invito a los vecinos que han abierto este espacio de debate a que soliciten al equipo de gobierno que todos los plenos municipales se celebren por la tarde para facilitar la participación ciudadana. Sólo el respeto a la pluralidad en L'Hospitalet hará de ella una ciudad moderna y progresista.-
* Este artículo apareció en la edición impresa del Lunes, 12 de febrero de 2001